Tras conocerse la noticia de que Paraguay empató con Qatar automáticamente Argentina se aferró al puesto del mejor tercero. Así se logró bajar el nivel de nerviosismo entre los aficionados y los protagonistas. Lo cual dio frutos en el último cotejo a medida del albiceleste.

Según trascendidos el técnico iba a insistir con el pizarrón táctico que refiere al simbolismo conocido en Argentina como “El Fútbol de Menotti”. Aunque se dieron algunos cambios. Una denominación útil para la antinomia de grieta con Carlos Salvador Bilardo.  

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Brasil del 70' jugaba con cinco delanteros.

Menotti propone un paquete de medidas que incluye: ley del off side, desbordes por las puntas, despliegues de marcadores laterales, un zurdo por línea y fundamentalmente, si eso no se puede hacer, pararse de contra golpe y salir a la carrera con el clásico 4-3-3.

Sin embargo, esta numerología no deviene de los astros espaciales.

En su origen… el 4-3-3 era un planteo defensivo que llegó para contener al esquema Brasileño conocido como el “jogo bonito” (nacido en los 70) el cual tenía 5 delanteros: Greson, Tostao, Rivelino, Jirzinho y Pelé; entre tantos otros maestros del balón pie verde amarelho…

Cabe destacar que el dibujo táctico de Brazil (en los 70s) era 2-3-5. De allí que el 4-3-3 se utilizaba como contra táctica defensiva de ese esquema.

En el plano local se buscaba emular dichas máquinas de marcar goles. River ofrecía lo más destacado en materia de paralelismos aunque Independiente y Racing tenían sus respectivas fuerzas de juego.

Así se paraban los equipos de otros tiempos, con 5 delanteros; porque el atractivo era convertir muchos goles.

Para contrarrestar a las potencias del ataque fue que nació el esquema mencionado, el cual se vive hoy como un cuadro ofensivo. Las vueltas de la vida…

Con el paso de los años y tras memorables equipos parados de 4-3-3; a este planteo pasó a considerárselo “ofensivo” en tanto que los equipos chicos comenzaban a sumar un jugador más en la defensa para –repetidamente- contrarrestarlo con más defensa. Así nació el 4-4-2.

Si bien, en la teoría moderna, el planteo del seleccionado nacional es un 4-3-1-2; en la práctica este formato es casi un 4-3-3 clásico dado que el uno (9) siempre pivotea hacia atrás. Algo que hoy se le da mucha rutilancia como nueve retrasado en realidad es una movida obvia y necesaria cuando las cosas no salen. Y, si el partido bien fácil ese player ocupa el lugar de Pescador.

No obstante, como se vio contra Qatar el planteo fue netamente ofensivo hasta al gol. Luego, de marcar la parada es siempre de contra.

El fútbol es un juego de picardía. Tiene barrio, tiene bar y tiene potrero. Si usted analiza el entorno del fútbol en la infancia, todo el marco contiene pocos tips formales. Siempre se desarrolla en un espíritu tangencial.

La primera embarrada… la primera escapada de la casa de uno para jugar un partido. La primera agarrada a trompadas y hasta el primer tercer tiempo. Porque el fútbol bien entendido también tiene tercer tiempo.

En los 80 el tercer tiempo del torneo local se hacía los domingos en New York City (discoteca del barrio de Villa Ortuzar). Allí confluían jugadores de varios clubes los domingos a la noche, y si bien había algunas escaramuzas el clima era festivo. 

Durante los 80 prevaleció el modelo 4-4-2 del cual Bilardo fue una suerte de maestro y mentor. En este formato todo valía en el marco defensivo. Obviamente, su sentido de pertenencia fue contrarrestar al 4-3-3, que a su vez había sido un esquema contra fáctico del 2-3-5.

Fecha de publicación: 28/06/2019